La internet espiritual
- Antonio Ortega M
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- Agosto 14, 2018
Hoy en día es muy fácil tener acceso a todo tipo de predicadores gracias al internet. El mundo actual hace posible que la gente pueda tener muchas opciones en cuanto a la personalidad de un predicador, la forma en la que entrega el mensaje o bien en cuanto a las palabras que dice específicamente. Algunos son efusivos y poco profundos. Otros hacen uso de todo tipo de conocimiento secular mezclado con la palabra de Dios, lo que los hace atractivos a la gente que ama el conocimiento, los filósofos. Otros más emplean todo tipo de ilustraciones que en ocasiones los hace alejarse de la palabra de Dios y concentrase en la ilustración que ellos presentan. Otros pocos son centrados en la palabra de Dios y no se apartan de ella, si emplean una ilustración es fugaz y solo la emplean para que el texto bíblico quede claro en la mente del que escucha. La emoción y el sentimiento son muy importantes al predicar con pasión pero no se debe caer en solo ser emocionantes y sentimentales sin hablar de manera profunda los temas bíblicos.
En medio de todo esto el creyente se ve expuesto a un catalogo de predicadores entre los cuales tiene que elegir. Pero ¿todo creyente tiene el suficiente discernimiento para saber qué es lo que un predicador de la palabra de Dios tiene que ofrecer? Creo que no. Muchos hermanos se dejan llevar por aquello que les agrada, ya sea en estilo, en formas de hablar, o por el sentimiento que les produce. En medio de todo esto debemos recordar que ya vivimos en los postreros tiempos que menciona 2 Tim 4:3, pero el mismo pasaje nos da una pista para saber lo que debemos oír.
No se trata de que te guste, esto sería optar por tus propias concupiscencias. El pasaje nos dice que la sana doctrina se tiene que sufrir, no nos debe satisfacer emocionalmente sino intelectualmente; para esto, cuando escuchamos a un predicador, lo que más debe interesarnos es la palabra de Dios, como la expone con profundidad, claridad y precisión; lo más importante en la predicación es la palabra de Dios y entre mas Biblia se nos explique, mejor será la predicación. Pero recuerden que a Jesucristo lo crucificaron por hablar las palabras de su Padre, lo mínimo que podemos esperar cuando verdaderamente escuchamos la palabra de Dios bien explicada es que nos moleste, que la tengamos que sufrir.
Cuando entiendes esto estarás preparado para discernir quién es el mejor predicador. No el que te guste, sino el que más y mejor explique la Biblia.